Cuentos Con Alma

Un espacio para leer, reflexionar y meditar…
Te recomiendo leer estas historias aunque sea una por día y te aseguro que marcarán una diferencia en la forma de mirar la vida y a las personas tanto para ti como para los que te rodean…
LAS TRES BARDAS
   Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
    – Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…
   Sócrates lo interrumpió, diciendo:
    – ¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de las tres bardas lo que me vas a decir?
    -¿Las tres bardas?
    -¡Sí!- replicó Sócrates-. La primera es la VERDAD… ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en    todos sus puntos?
    -No… Lo escuché comentar a unos vecinos…
    -Pero al menos, lo habrás hecho pasar por la segunda barda, que es la BONDAD. ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?
    -No, en realidad no; al contrario…
    -¡Ah!- interrumpió Sócrates-.Entonces vamos a la última barda, la NECESIDAD. ¿Es necesario que me cuentes eso?
    -Para ser sincero, no; necesario no es.
    -Entonces -sonrió el sabio-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario… sepultémoslo en el olvido…
 AUTOR DESCONOCIDO
 A veces nuestra lengua es muy rápida. Recapacitemos antes de hablar. Qué diferente sería si todos hiciéramos pasar por las tres bardas lo que decimos, quizá diríamos un tercio de lo que decimos…
 
El pescador satisfecho
«…Vive cada momento como si fuese el último, porque puede que de verdad lo sea….»
 
Encontrabase un pescador sobre su barco, feliz tomando el sol, aprovechando los últimos rayos de la tarde que ofrecía una majestuosa puesta de sol en el horizonte. Cuando de pronto se acerca otro pescador en su barco. Era una embarcación realmente grande, con motor, enormes redes sintéticas y elegantes decorados. Evidentemente no era una embarcación común ni mucho menos asequible por la mayoría de los pescadores del sector. Este hecho no sorprendió de sobremanera al pescador que descansaba, el cual se incorporó somnoliento restregándose los ojos para mirar con mayor detenimiento al dueño de tan elegante barcaza. Al cruzarse las miradas el primero dice:
– Saludos, es una linda tarde ¿no? A lo que el interpelado respondió con tono amable
– Así es, muy buena en efecto, pero ¿no sería mejor si estuvieses pescando en vez de perder el tiempo tumbado al sol dejando que la vida se te vaya?
– Oh no, no es necesario, ya pesqué lo que necesitaba para hoy, he cumplido con mis labores diarias y estoy tomándome un merecido descanso.
– Aún así queda bastante día -respondió el pescador un tanto irritado- y podrías aprovechar para pescar más y tener ganancias extra.
– ¿Para qué?
– No lo sé, quizá para comprar un motor e ir mar adentro, conseguir más peces, luego con las ventas comprar una red sintética y atrapar aún más peces, con esas ventas más unos años de ahorros lograrías comprar otro bote, contratar personal, hacerlo trabajar y así sucesivamente armar una flota de barcos pescadores.
– Oh, ¿y luego qué?
– Luego podrías disfrutar tu vida, claro.
– Y ¿qué te parece que estoy haciendo en este mismo momento?
 
Estrellas de Mar
Anónimo
Un escritor que estaba en su casa de la playa terminando su última obra, todas las mañanas muy temprano salía a pasear por la costa unos minutos antes de empezar su trabajo. Esa mañana observó a la distancia un joven que parecía estar bailando….corría hacia el mar, levantaba sus brazos, daba la vuelta y volvía a repetir el movimiento una y otra vez.
Lentamente el escritor se fue acercando al joven hasta que , al aproximarse vio que en realidad estaba recogiendo algo de la arena y que luego se acercaba al agua para tirarlo mar adentro.
Ya más cerca, vio que el joven tomaba estrellas de mar que habían quedado en la arena al bajar la marea y corría hasta el agua para arrojarlas tan lejos como podía mar adentro.
Al llegar a su lado, el escritor le preguntó:
-Buen día, ¿qué estás haciendo?
-Salvo estrellas de mar antes que el sol las deshidrate y mueran,-contestó el joven sin abandonar su empeño.
-Pero, ¿no te das cuenta que es una tarea inútil? , – Le dijo el escritor. En estos momentos debe haber miles o millones de estrellas que quedaron fuera del agua y jamás podrás salvarlas a todas.
El joven se detuvo sólo un instante, miró la estrella que llevaba en la mano en esos momentos, luego giró su cabeza hasta enfrentar los ojos de los escritos y le dijo:
-No importa, quizás no pueda salvar a todas, pero al menos ésta que tengo en la mano notará la diferencia….y continúo febrilmente con su tarea.
El escritor meneó su cabeza, completó su caminata y se sentó a continuar su trabajo. Sin embargo, algo lo incomodaba y daba vueltas en su cabeza.
-«Al menos ésta notará la diferencia», era la frase que lo inquietaba. Finalmente lo comprendió….aún un pequeño cambio que en nada afecta los resultados finales SIEMPRE es valioso para quién se beneficia de él
Para ESA estrella, ¡¡¡era muy valioso ser rescatada!!! .
A la mañana siguiente muy temprano, un caminante ocasional advirtió con asombro, que dos personas- una mayor y otra más joven- parecían bailar junto a la playa….corrían hacia el mar, levantaban sus brazos, daban la vuelta y volvían a repetir el movimiento una y otra vez.
Lentamente empezó a acercarse para ver que ocurría…..
¿No será hora de que empecemos a buscar nuestras propias estrellas de mar?

HUELLAS SOBRE LA ARENA

Una noche en sueños vi
que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar
bajo una luna plateada.

Soñé que veía en los cielos
mi vida representada
en una serie de escenas
que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas
en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba,
como amigos, conversando.

Miraba atento esas huellas
reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé,
y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces,
al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares
veía sólo un par de ellas.

Y observaba también yo
que aquel solo par de huellas
se advertía mayormente
en mis noches sin estrellas,
En las horas de mi vida
llenas de angustia y tristeza
cuando el alma necesita
más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús:
«Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción
siempre andarías conmigo?
Pero noto con tristeza
que en medio de mis querellas,
cuando más siento el sufrir,
veo un sólo par de huellas.

¿Dónde están las otras dos
que indican Tu compañía
cuando la tormenta azota
sin piedad la vida mía?

Y Jesús me contestó
con ternura y compasión:

«Escucha bien, hijo mío,
comprendo tu confusión.
Siempre te amé y te amaré,
y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré
para mostrarte Mi Amor.

Mas si ves sólo dos huellas
en la arena al caminar,
y no ves las otras dos
que se debieran notar,
es que en tu hora afligida,
cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en Mis brazos».

 
Donando sangre

Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario en un Hospital de Stanford conocí a una niñita llamada Liz, quien sufría de una extraña enfermedad. Su única posibilidad de recuperarse aparentemente era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido milagrosamente a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al hermano de la niña y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre a su hermana. Yo lo vi dudar por sólo un momento antes de dar un gran suspiro y decir: Si, lo haré, si eso salva a Liz.
Cuando la transfusión se realizaba, acostado en una cama al lado de la de su hermana, miraba sonriente mientras las mejillas de la niña iban retomando el color. En un momento se puso pálido y su sonrisa desapareció.
Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: -¿Empezaré a morirme enseguida?-

Dan Millman, autor del cuento

El era sólo un niño, por eso no había comprendido bien al doctor; él pensaba que le daría toda su sangre a su hermana… Y aún así… se la daba.
¡¡Que tremenda generosidad, que enseñanza, que manera más hermosa de amar!!

 
TODO PASA
 Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
– Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.
Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total… Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:
– No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje – el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey- Pero no lo leas -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos.
No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino…
De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía: «ESTO TAMBIÉN PASARÁ». Mientras leía «esto también pasará» sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes… y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
– ¿Qué quieres decir? -preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
– Escucha -dijo el anciano- este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras.
No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: «Esto también pasará», y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, porque el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:
– Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
 
LA SILLA
 
La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer
Una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote
Llego a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la
Cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por
Lo que el sacerdote asumió que el hombre sabía que vendría a verlo:
«Supongo que me estaba esperando», le dijo. «No, ?quién es usted?, dijo el
Hombre.
«Soy el sacerdote que su hija llamo para que orase con
Usted». «Cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted
Sabia que yo estaba viniendo a verlo».
«Oh si, la silla», dijo el hombre enfermo. «Le importa
Cerrar la puerta?».
El sacerdote sorprendido la cerró. «Nunca le he dicho esto a
Nadie, pero….toda mi vida la he pasado sin saber como orar.
Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la
Oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc. pero siempre esto de las oraciones
Me entro por un oído y salió por el otro pues no tengo idea de como
Hacerlo, entonces hace mucho tiempo abandone por completo la oración.
Esto ha sido así en mi hasta hace unos cuatro años, cuando conversando
Con mi mejor amigo me dijo: «José, esto de la oración es simplemente
Tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas…. te
Sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe míralo a Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues el nos dijo: «Yo estaré siempre con ustedes». «Por lo tanto, le hablas
Y lo escuchas, de la misma manera como lo estas haciendo conmigo ahora
Mismo». «Es así que lo hice una vez y me gusto tanto que lo he seguido
Haciendo unas dos horas diarias desde entonces». «Siempre tengo mucho
Cuidado que no me vaya a ver mi hija pues me internaría de inmediato en
La casa de los locos». El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar
Esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y
Que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con el, le extendió una
Bendición, los santos óleos y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su
Padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: «Falleció en paz?».
«Si, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui
A verlo a su cama me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso».
Cuando regresé de hacer compras una hora mas tarde ya lo encontré
Muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues
Aparentemente justo antes de morir se acerco a la silla que estaba al
Lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. «Que
Cree usted que pueda significar
Esto? El sacerdote se seco las lagrimas de emoción y le
Respondió «Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera».
 
Autor Desconocido.
 
 
MORALEJA DE LA VIDA
 
Había una vez….
Un muchacho que enfermó de cáncer. Un cáncer que no tenía cura. Con 17 años
Y podría morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el
Cuidado de su madre. Ya estaba harto y decidió salir solo por una vez. Le
Pidió permiso a su madre y ella aceptó.
Caminando por una calle vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de
Música; y al ver el aparador, notó la presencia de una niña muy guapa de
Su edad. Fue amor a primera vista!!. Abrió la puerta y entró sin mirar
Nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco, llegó al mostrador donde
Se encontraba. Lo miró y le dijo sonriente: «¿Te puedo ayudar en algo?».
Mientras el pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda
Su vida. Sintió el deseo de besarla en ese mismo instante. Tartamudeando
Le dijo: «Si, eeehhh, uuhhh… me gustaría comprar un CD» Sin pensar, tomó
El primero que vio y le dio el dinero. – «¿Quieres que te lo envuelva?»-
Preguntó la niña sonriendo de nuevo. El respondió que si, moviendo la
Cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y
Entregárselo. El lo tomó y salió de la tienda.
 
Se fue a su casa y desde ese día en adelante visitó la tienda todos los
Días para comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para luego
Llevárselos a su casa y meterlos en su closet.
El era muy tímido para invitarla a salir y; aunque trataba, no podía.
 
Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se aventara, así que al
Siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Como todos los
Días compró un CD; y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo. El
Tomó el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejó su teléfono
En el mostrador y salió corriendo de la tienda.
 
Ring!!! Su mamá contestó: «Bueno?». Era la niña!.
Preguntó por su hijo; y la madre desconsolada, comenzó a llorar mientras
Decía: «Que, no sabes?… Murió ayer». Hubo un silencio prolongado,
Excepto los lamentos de su madre. Más tarde; la mamá entró en el cuarto de
Su hijo para recordarlo. Ella decidió empezar por ver su ropa, así que
Abrió su closet. Para su sorpresa se topó con montones de CDs envueltos.
Ni uno estaba abierto. Le causó curiosidad ver tantos y no se resistió;
Tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo: al hacer esto, un pequeño
Pedazo de papel salió de la cajita plástica. La mamá lo recogió para
Leerlo y decía: «Hola!!, estas súper guapo, Quieres salir conmigo?. TQM…
Sofía.
De Tanta emoción, la madre abrió otro y otro pedazo de papel en varios
CDs; y estos decían lo mismo.
 
MORALEJA
 
Así es la vida, no esperes demasiado para decirle a ese alguien especial
Lo que sientes. Díselo hoy, mañana puede ser muy tarde.
 
LOS TRES ANCIANOS
 
 
Una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos con largas barbas
Blancas sentados al frente de su casa.
 
No los reconocía, Dijo «creo que no los conozco pero deben de estar hambrientos!!, Por favor entren y tengan algo de comer».
 
«Esta el hombre de la casa dentro preguntaron?».
«No», dijo ella. Él esta fuera.
Entonces no podemos entrar, replicaron.
 
Al anochecer cuando su esposo llegó a casa, le contó lo que había ocurrido.
«Ve a decirles que estoy en casa e invítalos a entrar».
 
La mujer salió e invitó a los hombres a entrar. «Nosotros no entramos a la casa juntos», replicaron.
 
?Por que?, Quería saber ella.
 
Uno de los ancianos explico: «su nombre es Riqueza», dijo señalando a
Uno de sus amigos, y luego dijo señalando al otro, «el es Éxito y yo soy Amor».
Luego agrego,
Ahora entra a tu casa y conversa con tu esposo sobre a cual de nosotros quiere en su casa.
 
La mujer fue y le contó a su esposo lo que le había dicho. Su esposo estaba encantado! Que bonito!, Dijo.
Ya que este es el caso invitemos a la Riqueza, déjalo entrar y que llene nuestra casa de Riqueza.
 
Su esposa no estaba de acuerdo.
Querido por que no invitamos a Éxito.
 
Su nuera estaba escuchando desde el otro lado de la casa. Salto con su propia sugerencia: No seria mejor invitar a Amor, nuestra casa se
Llenaría de Amor.
 
Escuchemos el consejo de nuestra nuera dijo el esposo a su esposa. Ve e invita a Amor para que sea nuestro invitado. La mujer salió y les pregunto a los tres ancianos?
¿Quién de ustedes es Amor?, Por favor entre y
Sea nuestro invitado.
 
Amor se levanto y empezó a caminar hacia la casa. Los otros 2 se
Pararon y lo siguieron.
 
Sorprendida, la señora le pregunto a Riqueza y a
Éxito;
Solo invite a Amor? Porque vienen ustedes?.
 
Los ancianos replicaron juntos
«si tu hubieras invitado a la Riqueza o al Éxito, los otros dos de nosotros nos hubiéramos quedado afuera, pero como invitaste al Amor, entraremos juntos, pues dondequiera que él vaya, nosotros le acompañamos. Donde quiera que haya Amor, también habrá Éxito y con él La Riqueza
 
 
EL CAPULLO Y LA MARIPOSA
(Anónimo)
 
 
Un hombre encontró un capullo y lo llevó a casa, de manera de observar
Como emergía la mariposa del capullo. Un día algo pequeño apareció, El
Hombre se sentó y observó por algunas horas como la mariposa luchaba
Forzando su cuerpo a través de la pequeña abertura del capullo.
 
Parecía que no había ningún progreso. Era como si la mariposa no podía
Salir. Estaba atascada. El hombre en su bondad decidió ayudar a la
Mariposa. Tomó unas tijeras y cortó lo que faltaba para que saliera el
Pequeño cuerpo de la mariposa. Y así fue, la mariposa salió fácilmente.
 
Pero su cuerpo era pequeño y retorcido, y sus alas estaban arrugadas. El
Hombre continuó observándola en espera de que en cualquier momento la
Mariposa estirara las alas. Paro nada pasaba. De hecho la mariposa pasó el
Resto de su vida arrastrándose en su retorcido cuerpo, sin poder volar.
 
Lo que el hombre no entendió, a pesar de que lo hizo movido por su corazón
Y urgencia, es que el pequeño capullo y la lucha requerida para salir del
Pequeño agujero era la manera en que Dios inyectaba fluidos desde su cuerpo
Hacia las alas, de manera que se fortaleciera, para alistarla para volar y
Tomar la libertad. Libertad y vuelo sólo vendrían después de la lucha.
Privando a la mariposa de la lucha, el hombre la privó de su salud y
Libertad.
 
Algunas veces luchas y aflicciones, son exactamente lo que necesitamos en
Nuestras vidas. Si Dios nos permite ir por nuestra vida sin obstáculos
Podría lisiarnos de por vida. No seríamos tan fuertes como lo hemos sido
Hasta ahora.
 
Por favor, ayúdeme, soy ciego
 
Había un hombre sentado en la esquina de una calle, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:
“Por favor, ayúdame, soy ciego”.
Un creativo de publicidad que iba de camino al trabajo se detuvo frente a él, leyó el letrero y se quedó pensativo. El ejecutivo observó que sólo había unas cuantas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso, cogió el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otra frase en la parte de detrás. A continuación volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego, y se marchó sin decir una palabra.
Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien había cogido su cartel y había garabateado en él. “¿Qué es lo que usted ha escrito o pintado en mi tabla?”, le preguntó con curiosidad el invidente.
El publicista le contestó:
“Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, aunque está expresado con otras palabras”. El publicista sonrió y continuó su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel rezaba:
“Hoy es primavera, y no puedo verla”.
 
 
La moraleja de esta historia nos dice: hay que cambiar de estrategia cuando no nos sale algo bien. Da una vuelta a tu pensamiento y obtendrás un resultado mejor.
 
 
¿QUIEN ES EL CIEGO?
 
 
Aquel año el invierno neoyorquino se extendió lánguidamente hasta fines de abril. Como vivía sola y era ciega, tendía a permanecer en casa gran parte del tiempo.
 
Por fin, un día el frío desapareció y entró la primavera, llenando el aire con una fragancia penetrante y alborozadora . Por la ventana de atrás, un alegre pajarito gorjeaba con persistencia, invitándome a salir.
 
Consciente de lo caprichoso que es abril, me aferré a mi abrigo de invierno pero, como una concesión al cambio de temperatura, dejé mi bufanda de lana, mi sombrero y mis guantes. Tomando mi bastón de tres picos salí alegremente al pórtico que lleva directamente a la calle. Levanté la cara hacia el sol, dándole una sonrisa de bienvenida en reconocimiento por su calidez y su promesa.
 
Mientras caminaba por la calle cerrada donde vivo , mi vecino me saludó con un «hola» musical y preguntó si deseaba que me condujera a alguna parte. «No, gracias» respondí. » Mis piernas han estado descansando todo el invierno y mis articulaciones necesitan desesperadamente de ejercicio, así que iré caminando».
 
Al llegar a la esquina aguardé, como era mi costumbre, a que alguna persona me permitiera atravesar con ella la calle cuando el semáforo estuviera en verde.
 
El sonido del tráfico me pareció un poco más largo que de costumbre, y sin embargo, nadie se ofreció a ayudarme.
 
Permanecí allí pacientemente y comencé a canturrear una melodía que recordaba. Era una canción de bienvenida a la primavera que había aprendido de niña en la escuela.
 
De repente, una voz masculina, fuerte y bien modulada, me habló :
 
«Parece un ser humano muy alegre», dijo. «¿Me daría el placer de acompañarla al otro lado de la calle?».
 
Adulada por tanta caballerosidad, asentí sonriendo, musitando un «sí» apenas inteligible.
 
Con amabilidad me rodeó el brazo con su mano y bajamos de la acera. Mientras avanzábamos lentamente, habló del tema más obvio -el clima- y qué bueno era estar vivo en un día como aquel.
 
Caminábamos al mismo paso y era difícil saber quién conducía a quién.
 
Apenas habíamos llegado al otro lado cuando una y otra vez comenzaron a escucharse las impacientes bocinas; seguramente había cambiado el semáforo.
 
Dimos algunos pasos más para alejarnos de la esquina.
 
Me volví hacia él para agradecer su ayuda y su compañía. Antes de que hubiera pronunciado una palabra, me habló:
 
«No sé si sabe», dijo, «qué grato es encontrar a alguien tan alegre como usted que acompañe a un ciego como yo a atravesar la calle».
 
Aquel día de primavera ha permanecido en mi memoria por siempre.
 
Charlotte Wechsler
 
EL  ESPEJO
 
Renato casi no vio a la señora, que estaba en el coche parado, al costado de la carretera. Llovía fuerte y  era de noche. Pero se dió cuenta que ella necesitaba de ayuda…
Así, detuvo su coche y se acercó. El coche de la señora olía a tinta, de tan nuevo. La señora pensó que pudiera ser un asaltante. Él no inspiraba confianza, parecía pobre y hambriento…
  …Renato percibió que ella tenía mucho miedo y le dijo: “Estoy aqui para ayudarla señora, no se preocupe. ¿Por qué no espera en el coche que está  más calentito? A propósito, mi nombre es Renato”…
…Bueno, lo que pasaba es que ella tenía una llanta pinchada y para colmo era una señora de edad avanzada, algo bastante incómodo. Renato se agachó, colocó el gato mecánico y levantó el coche. Luego ya estaba cambiando la llanta. Pero quedó un poco sucio y con una herida en una de las manos…
…Cuando apretaba las tuercas de la rueda ella abrió la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso por allí y que no sabía cómo agradecer por la preciosa ayuda. Renato apenas sonrió mientras se levantaba…
…Ella preguntó cuánto le debía. Ya había imaginado todas las cosas terribles que podrían haber pasado si Renato no  hubiese parado para socorrerla. Renato no pensaba en dinero, le gustaba ayudar a las personas…
…Este era su modo de vivir. Y respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que encontrase a alguien que precise de ayuda, dele a esa persona la ayuda que ella necesite y acuérdese de mí”…
…Algunos kilómetros después, la señora se detuvo en un pequeño restaurant. La camarera vino hasta ella y le trajo una toalla limpia para que secase su mojado cabello y le dirigió una dulce sonrisa…
 
 
…La señora notó que la camarera estaba con casi ocho meses de embarazo, pero por ello no dejó que la  tensión y los dolores le cambiaran su actitud…
…La señora quedó curiosa en saber cómo alguien que teniendo tan poco, podía tratar tan bien a un extraño. Entonces se acordó de Renato. Después que terminó su comida, y mientras la camarera buscaba cambio, la señora se retiró…
…Cuando la camarera volvió quiso saber a dónde la señora pudo haber ido, cuando notó algo escrito en la servilleta, sobre la cual tenía 4 billetes de 1000 euros…
…Le cayeron las lágrimas de sus ojos cuando leyó lo que la señora escribió.
Decía:
– Tú no me debes nada, yo tengo bastante. Alguien me ayudó hoy y de la misma forma te estoy ayudando. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda a alguien…
…Aquella noche, cuando fue a casa, cansada, se acostó en la cama; su marido ya estaba durmiendo y ella quedó pensando en el dinero y en lo que la señora dejó escrito…
…¿Cómo pudo esa señora saber cuánto ella y el marido precisaban de aquel dinero?. Con el bebé que estaba por nacer el próximo mes, todo estaba difícil…
…Quedó pensando en la bendición que había recibido, y dibujó una gran sonrisa…
…Agradeció a Dios y se volvió hacia su preocupado marido que dormía a su lado, le dió un beso suave y susurró:
-Todo estará bien: ¡te amo…Renato!
 
 
No te contagies de la falta de amabilidad que nos rodea . No dejes de hacer el bien, ayuda a todo el que te necesite.
 
LA VIDA ES ASÍ… UN ESPEJO… TODO LO QUE TÚ DAS, ¡ VUELVE A  TI !
SÉ TÚ TAMBIÉN UN ESPEJO DE AMOR PARA LOS DEMÁS…Y TENDRÁS UNA SEMANA FELIZ
 
¿ Porque la gente Grita ?
 
Un día Meher Baba preguntó a sus mandalies lo siguiente:- ¿Por que la gente se grita cuando están enojados?:
Los hombres pensaron unos momentos:
Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.-
Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? – Preguntó Baba – No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Baba.
Finalmente él explicó:
Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Baba preguntó:- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente,¿por qué? Sus corazones están muy cerca.
La distancia entre ellos es muy pequeña.
Baba continuó – Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Luego Baba dijo:-
Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso
 
 
EL JOROBADO
 
 
En un pueblo había un hombre que era todo bondad y que dedicaba su tiempo a ayudar a los demás.  Pero ocurre que ese hombre, que siempre vestía con una capa larga hasta los tobillos, llevaba debajo de esa prenda una enorme joroba.
 
Su aspecto era bello pero aquella joroba lo transformaba en un ser deforme y casi toda la gente del lugar se burlaba de él, le palmeaban la giba entre risotadas y no lo tenían en cuenta para nada a pesar de que él tenía en cuenta a todos y a cada uno, preocupándose y ayudándolos.  Algunos, incluso, si estaban de malhumor le arrojaban piedras porque no les gustaba tener cerca a alguien a quien veían como una especie de monstruo.  «Por algo será que Dios lo castigó de esa manera decían algunos que, por supuesto, desconocían si existía ese «algo» al que hacían mención.  El hombre de la joroba, mientras tanto, bajaba la cabeza y jamás respondía a ninguna de las agresiones o los desprecios.  Seguía yendo de un lado a otro del pueblo, bamboleando en cada paso el gran bulto que llevaba en su espalda, y ofreciéndose para lo que desearan.  Un chico solamente, uno de los chicos del pueblo, lo trataba con amor, le sonreía, hablaba con él y lo tomaba de la mano para acompañarlo en sus recorridas.   Un día las gentes del pueblo parecieron ponerse de acuerdo para despertar de pésimo humor. Como este tipo de cosas es contable, discutiendo entre ellos por pequeñeces, empujándose, mirándose con mala cara. De repente apareció, como siempre el hombre de la capa y la joroba.  Eso sólo les faltaba a los iracundos habitantes del lugar.  Como en casos así  ,  los humanos, por su curiosa forma de actuar, buscan descargar sus iras en los más indefensos, el hombre de la joroba fue de inmediato el blanco elegido por todos.  De las agresiones verbales, que fueron creciendo cada vez más y con mayor crueldad, pasaron casi enseguida al ataque físico.  Algunas piedras, al principio. Luego, con esa ira que es más ciega cuando es de muchos, comenzaron a armarse con palos y algunas herramientas y lo cercaron.  Rodeándolo, se disponían ya a atacarlo cuando el chico se abrió paso entre todos y se puso junto a su amigo jorobado.  Hubo un instante de duda. Y fue entonces que el niño les hablo y les dijo: «No pueden tocarlo.  Gracias a él muchas desgracias que pudieron ocurrir en nuestro pueblo no ocurrieron, muchos enemigos se amigaron, muchas familias siguen unidas, muchos hombres conservan sus trabajos y muchas mujeres a sus hijos.  Nos trajo el bien y ustedes eligen ahora pagarle con el mal y él no puede hacer nada para evitarlo..  Nunca me dijo quién es, pero yo lo sé……»
 
Y, dicho esto, tomo la capa del deforme y la arrancó de un tirón.  En ese momento quedaron al descubierto dos bellas y luminosas alas a las que todos, hasta entonces, habían confundido con una joroba.  El ángel besó al niño en la frente y se fue en silencio, sin un reproche, caminando en medio de los hombres del puedo que se abrían a su paso estupefactos, dejando caer sus armas y mas de una lágrima,  aun los más rudos……..
 
 
Esta historia nos enseña que uno tiene que aprender a ver…..   Y que, lo más importante, sólo se ve con los ojos del alma
 
 
SABIDURÍA INDÍGENA
 
Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla con sus nietos  acerca   de la vida.
Él les dijo:
 
«¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!… ¡es entre dos lobos!
«Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, dolor, rencor avaricia,
Arrogancia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras,  orgullo, egolatría,
Competencia, superioridad.
 
«El otro es Bondad, Alegría, Paz, Amor, Esperanza, Serenidad, Humildad,   Dulzura, Generosidad, Benevolencia, Amistad, Empatía, Verdad, Compasión   y Fe.
 
Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de  todos  los seres de la tierra.
 
Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su  abuelo:
 
«¿Y cuál de los lobos crees que ganará?»
  El viejo cacique respondió, simplemente…
 
«El que alimentes.»
 
Los Zapatos
 
Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.
Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.
 
El alumno dijo al profesor:
Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.
 
Mi querido amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.
Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre.  Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.
 
 
Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos.  El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.
 
 
Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y  encontró la moneda.  Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado.  Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió
A mirar.
 
Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie.  La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.
Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.
 
 
El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de
Lágrimas.
Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras
Hecho una broma?
 
 
El joven respondió:
Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré.  Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.
 
 
LO QUE CADA UNO POSEE
 
Una persona perversa resuelve hacer un presente a una persona pobre por su aniversario e irónicamente manda preparar una bandeja llena de basura y desperdicios.
En presencia de todos, manda entregar el presente, que es recibido con alegría por el agasajado.
 
Gentilmente, el agasajado agradece y pide que lo espere un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza.
 
Tira la basura, lava la bandeja, la cubre de flores, y la devuelve con un papel, donde dice:
«Cada uno da lo que posee.»
 
Así que, no se entristezca con la actitud de algunas personas; no pierda su serenidad.
La rabia hace mal a la salud, el rencor daña el hígado y la cólera envenena el corazón.
 
Domine sus reacciones emotivas.
Sea dueño de si mismo.
No arroje leña en el fuego de su aborrecimiento.
 
No pierda su calma.
Piense antes de hablar y no ceda a su impulsividad.
 
«Guardar resentimientos es como tomar veneno».
 
 

3 comentarios »

  1. cynthia Riquelme Said:

    una pregunta busco un libro que a mi padre le encanto pero nose si es este salen historias como este..pero sale una de una mujer que muere y se encuentra con San pedro y el junta un grupo de personas las lleva a todas a una parte donde habían casa de oro todo de oro la señora iva a entrar y el que cuidaba alli le dijo que no porque hay entraban solo los que se dedicaron en su vida a ser humildes dar dinero al que necesitaba que era generoso y cosas haci desues el grupo que quedaba fue a una parte donde era de emmm marmol hay no me acuerdo bueno la cosa es que ella qqueria entrar y tampoco pudo porque el que cuidaba le dijo que alli entraban los que fueron buenos……despues el pequeño grupo que quedo fueron a una arte donde era feos habia ratas arañas todos cochino y cosas asi y le dijieron a la señora que hay ella debia estar porque en su vida habia sido tacaña mala y cosas haci creo que despues de eso la señora despierta de su sueño y ecide hacer las cosas biien ser una buena persona……

  2. jocelyn Said:

    Felicitaciones al o la creadora de estos cuentos pienso que sanan el alma en un momento de desesperacion.me paso cuando tenia 2 meses de embarazo ocurrio un terremoto en chile el 27 de febrero del 2010 me aferre a este libro ya que habla mucho de dios y siempre supe que el estaba a mi lado.

    • Anggie Said:

      Que lindas palabras Jocelyn, un beso


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